Esta plática de Lesley Hazleton, escritora, habla de su experiencia leyendo el Corán en su preparación para la novela que iba a escribir sobre la vida de Mahoma. Ella habla de cómo al leer de manera comparativa 4 traducciones, una transcripción y el texto original en árabe del siglo VII descubrió la belleza y la sutileza del mismo. Al considerarse una «turista» (al ser una judía agnóstica) del libro sagrado decidió leerlo despacio y con mente abierta sin estar segura de qué esperar.
El Corán es considerado por muchos un libro difícil de leer y comprender. Lesley nos explica que parte del problema es esperar que éste sea igual que cualquier otro libro que decidimos empezar a leer de la lista de los más vendidos. Ella considera que es precisamente porque muy poca gente ha decidido leerlo como se debe que es tan fácil de malinterpretar y citar de forma errónea con frases y fragmentos fuera de contexto, como es el caso de muchos musulmanes extremistas e islamófobos por igual.
Lesley dice que logró entender por qué el Corán es sólo el Corán en árabe ya que al agregarle más palabras en la traducción se pierde en la misma. Éste es para ser escuchado, no leído, ser sentido más que analizado, ser recitado en voz alta. Y aunque se podría considerar que las traducciones son sólo una sombra del original, ella nos deja ver toda la riqueza que permanece aún en su versión traducida.
El Corán es muy ambiguo en muchos aspectos y en otros muy claro, algunos de los ejemplos que ella da son la idea del paraíso con 72 vírgenes y el matar a los infieles. Esto demuestra el peligro de traducir algo tan importante como este libro sagrado sin entender realmente lo que dice, en qué contexto específico lo dice y bajo qué restricciones se rige.
Este mismo problema lo han sufrido muchos libros importantes en la historia, como es el caso también de la Biblia, y que nos hace reflexionar sobre los alcances de una mala traducción o una interpretación sesgada.
He aquí el video:
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