Muchas personas suelen confundir estas dos profesiones y consideran que son la misma o que son términos intercambiables; sin embargo, existe un claro diferenciador entre ellas: la interpretación es oral, implica el transmitir un mensaje de un idioma A un idioma B, mientras que la traducción es escrita y consiste en reproducir el mensaje de un texto escrito en un idioma distinto.

Ambas tienen un objetivo en común, que es el expresar un mensaje en un idioma distinto al original, pero las aptitudes, las técnicas y el tiempo que cada una requiere para su ejecución son completamente diferentes.

Tipos de interpretación

Los interpretes logran hacer parecer fácil lo complejo que es interpretar y dominar diversas tareas al mismo tiempo como escuchar, traducir, y hablar. El hacer esto conlleva un esfuerzo extenuante que además implica manejar de forma adecuada la tensión y el estrés. Por lo general, esta tarea se hace un tiempo real.

Dentro de la interpretación tenemos varias técnicas que se adaptan a diversos escenarios:

Tipos de traducción

Los traductores, aunque también requieren un conocimiento profundo de sus idiomas de trabajo, tienen tiempo de investigar y verificar los términos en diccionarios, glosarios y sitios de internet. Tienen que cumplir con un tiempo determinado para la entrega de los documentos, pero, normalmente, les es posible leerlos, investigar, aclarar pequeñas dudas, y traducir, así al final entregan un texto de calidad, siempre cuidando que el verdadero significado y la intención se transmitan. Los traductores pueden trabajar en casa o en una oficina, solos o en equipo.

Las traducciones, en general, se dividen 2 tipos: certificadas y sencillas.